Los
sistemas eléctricos, desde sus orígenes, han estado expuestos a diferentes tipos de disturbios eléctricos (como sobrevoltajes, depresiones de voltaje, armónicos y
flickers –explicados más adelante–), por lo que siempre se ha tenido la necesidad de buscar diferentes soluciones para evitarlos. No obstante, en los últimos años, con el progresivo crecimiento de equipos basados en dispositivos electrónicos, estos problemas ocurren con mayor frecuencia, debido a que los equipos son más sensibles a los distintos disturbios eléctricos.
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Los dispositivos electrónicos presentan un
comportamiento no lineal durante su operación en estado estacionario (es decir, cuando sus características no varían con el tiempo), causando distorsión de las formas de onda de corriente y voltaje, lo cual puede provocar mala operación de los equipos eléctricos instalados en el sistema eléctrico, al grado de ocasionar la interrupción de un proceso productivo continuo y, por consiguiente, generar pérdidas económicas cuantiosas.
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En años recientes, la tendencia global al uso eficiente de la energía ha obligado a utilizar equipos con dispositivos electrónicos acordes con el propósito de resistir cierto nivel de alteraciones en el suministro de fluido eléctrico, tal es el caso de los sistemas eléctricos industriales, en los cuales la necesidad de optimización y modernización de sus procesos de producción y control ha requerido contar con equipos basados en la tecnología actual.
Algo parecido ocurre en los hogares, pues en la actualidad
casi todos los electrodomésticos son sensibles a cualquier anomalía en el voltaje; por ello es importante analizar la calidad de la energía, ya que es posible diagnosticar el comportamiento de variables eléctricas (voltaje, corriente y frecuencia), para después localizar las cargas sensibles, e identificar incompatibilidades con las características de las variables eléctricas suministradas por la compañía encargada del servicio, además de prever la interrupción parcial o total, y así evitar pérdidas económicas por el mal funcionamiento de nuestros equipos electrónicos en un futuro
(figura 1).