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Mayo-junio 2011
Hélix
Ciencia en el mundo

PILAR MARTÍNEZ

Moscas forenses
Moscas forenses
Ciclo de vida de moscas ayuda a determinar el momento de la muerte.
Científicos del Museo de Historia Natural de Londres, liderados por Amoret Whitaker, analizan el ciclo de vida de las moscas durante el periodo de descomposición de los cadáveres para determinar con exactitud el momento de su deceso.

Según Whitaker, cuando una persona muere y su cuerpo empieza a descomponerse, éste emite olores específicos cuya química atrae a ciertos insectos, primeramente a la mosca azul, que aparece en cuestión de minutos para poner huevecillos; después, se incuban larvas y gusanos.

La investigadora realiza estudios comparativos a partir de la descomposición de tres cadáveres correspondientes a humanos y cerdos, para comprender mejor cómo es el desarrollo de estos insectos, gracias a ello, ya se cuenta con información de, aproximadamente, la mitad de una docena de insectos hallados con regularidad en dichos cadáveres. Con la información recabada, los expertos pretenden realizar una base de datos que ayudará a determinar el momento de la muerte de personas cuyos cuerpos permanecen semanas, incluso, meses expuestos a la intemperie.

Fósil de araña gigante
Fósil de araña gigante
Fue encontrado por científicos estadounidenses de la Universidad de Kansas. Se trata de una hembra que vivió hace 165 millones de años, perteneciente a la familia de las tejedoras de seda dorada. Aunque su cuerpo no es de gran tamaño, sus patas sí lo son, pues miden 15 cm. Hasta hoy es el fósil de araña más grande conocido.

Proteínas sintéticas con anticuerpos

Proteínas para atacar 517 enfermedades infecciosas.
En la actualidad, sólo se cuenta con vacunas contra 15 enfermedades infecciosas, asegura el doctor Patarroyo, quien, a partir de la química y no desde la biología, creó dichos principios.

Después de desarrollar la primera vacuna contra la malaria, el científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo, de la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia, creó una especie de decálogo químico que permitirá producir vacunas para atacar casi en su totalidad las 517 enfermedades infecciosas que afectan al ser humano.

Esta idea surgió después de ver que, al introducir el microbio de la malaria en el organismo a través de la picadura del mosquito, el parásito utiliza las proteínas para fijarse a las células que va a infectar; después, tras identificarlas, las fragmentaron y obtuvieron su estructura química.

Encontraron, así, que estos fragmentos no son detectables por el sistema inmunológico, por eso los parásitos pueden esconderse fácilmente en el organismo.

Una vez descubierto esto, el doctor Patarroyo y su equipo crearon proteínas sintéticas (capaces de producir anticuerpos de defensa) idénticas a las que permiten a los microbios adherirse a los glóbulos rojos e infectar el organismo, esto los deja visibles y el sistema inmune puede hacer su trabajo. A partir de la información recabada en esta investigación, el doctor Patarroyo creó los principios para desarrollar vacunas contra enfermedades como tuberculosis, papiloma humano, dengue, hepatitis C, entre otras.

Antidepresivos más eficaces
Antidepresivos más eficaces
Hoy en día, se cuenta con medicamentos para el control de la depresión; sin embargo, el organismo presenta una alta tasa de resistencia a éstos, además de ocasionar muchos efectos secundarios; de ahí la importancia de identificar los mecanismos que causan la depresión para poder desarrollar tratamientos más eficaces y con menos complicaciones.
La depresión es una enfermedad causada por la combinación de factores ambientales y genéticos; el reto para muchos investigadores ha sido identificar aquellos genes involucrados en el desarrollo de este padecimiento.

Especialistas alemanes, del Instituto de Psiquiatría Max Planck, lograron ver, por primera vez, cambios fisiológicos del cerebro, como el encogimiento del hipotálamo, e identificaron un gen que provoca susceptibilidad en las personas a padecer depresión severa.

El equipo, liderado por la doctora Elisabeth Binder, realizó un análisis genético en pacientes con depresión y otro grupo de personas sanas; encontraron diferencias en el ADN, sobre todo en una región del cromosoma 12; el responsable de esto es el gen SLC6A15, cuya función es transportar los aminoácidos reguladores de la producción de sustancias que permiten la sinapsis –comunicación neuronal–. También observaron que las personas depresivas tenían el hipocampo más pequeño como consecuencia de la baja actividad de dicho gen; esto, aunado a los efectos del estrés crónico, se convierte en un factor de riesgo de depresión.

Hoy en día, se cuenta con medicamentos para el control de la depresión; sin embargo, el organismo presenta una alta tasa de resistencia a éstos, además de ocasionar muchos efectos secundarios; de ahí la importancia de identificar los mecanismos que causan la depresión para poder desarrollar tratamientos más eficaces y con menos complicaciones. En este caso, gracias a los resultados obtenidos, la idea es crear antidepresivos dirigidos a estimular la actividad del gen SLC6A15.

Material autorreparable
En el Instituto Adolphe Merkle, de la Universidad de Fridulgo, Suiza, crearon un polímero gomoso que se autorrepara. Tiene, además, compuestos metálicos capaces de absorber rayos ultravioleta y convertirlos en calor. Gracias a sus eslabones de cadenas más cortas, este mecanismo puede ser activado y desactivado las veces que se necesite. Su aplicación estaría enfocada a la fabricación de pintura para automóviles; así, con sólo aplicar por 30 segundos un rayo ultravioleta, podrían desaparecer los rayones.
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