Ciertamente, por su tamaño pueden parecer insignificantes, pero son tan importantes que la vida misma depende de ellos. Hoy, gracias a las técnicas de la biología molecular, sabemos que los microorganismos representan 80% de la biomasa1 total de la Tierra.
Aunque se tiene registro de la existencia de los microorganismos por lo menos desde hace 3.5 millones de años, los estudios evolutivos habían estado limitados a los animales y las plantas, organismos que cubren tan sólo 20% de la historia evolutiva. Así, el mundo microbiano estuvo fuera de la perspectiva de la biología, por ser considerado demasiado simple para servir de base a una taxonomía válida.
El primero en retar formalmente la antigua dicotomía planta / animal del mundo vivo fue el biólogo alemán Ernst Haeckel en 1886, al reconocer que los microorganismos no se ajustaban a ninguna de las categorías existentes y agregó al árbol de la vida un nuevo reino: el Protista.2 Medio siglo después, en 1938, el biólogo estadounidense Copeland derivó una cuarta rama que agrupaba las bacterias: Monera. En 1969, Whittaker, ecólogo vegetal, también estadounidense, creó un quinto reino para los hongos: el Fungi.
Esta clasificación de cinco reinos permaneció como pilar de la taxonomía durante décadas; sin embargo, sólo consideraba las características morfológicas, es decir, las similitudes físicas de los organismos, lo cual –como después de una revisión con técnicas de biología molecular se demostró– era erróneo y, además, no consideraba diferencias genéticas importantes.
A mediados de la década de 1970 un biólogo molecular de Illinois, Carl Woese, demostró que los microorganismos conocidos como arqueo bacterias (llamados así por creer que era una clase de bacterias muy antiguas), en realidad correspondían a un grupo diferente de organismos que desde el punto de vista genético no encajaba en ninguno de los reinos en los que se clasificaba la vida, por lo cual decidió estudiar a fondo un gen, el llamado RNA16s, una secuencia genética muy bien conservada a lo largo del tiempo la cual permite conocer la distancia evolutiva entre un organismo y otro. El resultado fue una nueva clasificación de la vida, esta vez en tres dominios: Archaea, Eukarya y Bacteria.
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CURRÍCULUM |
Rebeca Vargas Olmos es médico cirujano, maestra en ciencias quimicobiológicas, Jefa del Departamento de Microbiología y de la Subsección de Investigación, de la Escuela Médico Militar, en la Ciudad de México. C.e.:rebvar29@gmail.com |
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Versión impresa
Norma ISO 690
VARGAS OLMOS , Rebeca."La diversidad de la vida microbiana”. Revista Ciencia y Desarrollo, Noviembre 2007, Vol. 33, no. 213, p. 62-68.
Versión electrónica
Norma ISO 690-2
VARGAS OLMOS, Rebeca. "La diversidad de la vida microbiana”. [en línea]. Revista Ciencia y Desarrollo, Vol. 33, no. 213, Noviembre 2007. Disponible en: Colocar URL. [Consulta: 1 Noviembre 2007] |
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