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Tecnología mexicana para fabricar papel con ahorro de recursos. |
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Con apoyo del Conacyt, la Fábrica de Papel San José (Sajosa) diseñó maquinaria que permite reducir hasta una tercera parte del agua y el combustible empleados en la elaboración de papel reciclado a partir de envases de leche y jugo.
Se trata de una planta lavadora de envases con un dosificador de combustible que combina diésel y plástico (polietileno) obtenido –este último– a partir de dichos empaques, conocidos como multicapa por estar compuestos de dos o más capas de distintos materiales como papel (celulosa) y aluminio, además del polietileno.
Cada día, la Fábrica de Papel San José, ubicada en el municipio de La Paz, en el Estado de México, procesa cerca de 30 toneladas de este tipo de envases, cantidad suficiente para producir la misma cantidad de papel reciclado.
De acuerdo con el ingeniero Pedro García, director de producción de Sajosa, 20 toneladas de envases se compran a las plantas envasadoras de leche y jugo como material de desecho o merma, mientras que el resto se compra a recicladores en basureros y rellenos sanitarios.
"Al estar en contacto con materia orgánica y demás sustancias contaminantes, necesitamos dar un tratamiento de limpieza y desinfección a los envases, por ello fue que solicitamos el apoyo de Conacyt para realizar un dispositivo que se encargara de cumplir con esta parte del proceso", comentó.
Fue así como, en 2004, ingenieros de Sajosa diseñaron e implementaron un sistema de lavado, el cual, por medio de una banda transportadora, vacía los empaques en un contenedor, donde un par de cuchillas los rasga y, con agua a presión, elimina de ambas caras los residuos de materia orgánica y basura.
Durante el proceso de limpieza se agregan pequeñas cantidades de cloro, a fin de eliminar la mayor cantidad de posibles contaminantes, lo que permite reducir el desgaste de los equipos de limpieza de la maquinaria empleada en el proceso de producción del papel.
Por cada tonelada de envases, la planta lavadora emplea 10 metros cúbicos de agua reciclada que procede de la fabricación de papel; además, cuenta con un proceso propio de tratamiento que permite recuperar y reutilizar, en otras etapas de la producción papelera, el agua empleada en el lavado de los envases.
Con este sistema de lavado de empaques, Sajosa redujo el consumo de agua de 21.75 metros cúbicos por tonelada de papel producido a 14.75 metros cúbicos por tonelada en todo el proceso de producción de papel reciclado.
Una vez limpios y desinfectados, los envases se introducen en un molino donde se mezclan con agua y se trituran; de esta manera las fibras de celulosa se separan del polietileno y el aluminio. Después de un proceso continuo de limpieza, la celulosa, suspendida en agua, se transporta hasta una máquina en la que se convierte de nuevo en papel.
De las 30 toneladas de envases multicapa diariamente procesados, se obtienen seis toneladas de plástico, de las cuales, dos terceras partes se comercializan para la manufactura de artículos como cepillos y cabezas de escoba. El resto (aproximadamente 2 mil toneladas) se emplea como combustible para generar vapor destinado al proceso de secado del papel.
"Diseñamos, también con apoyo del Conacyt, un sistema de quemado de combustible híbrido para nuestro generador de vapor. Se trata de un dosificador en el que el polietileno se combina con diésel; esta mezcla se atomiza dentro del quemador permitiendo que la combustión sea lo más eficiente posible", explicó Pedro García.
El director de producción de Sajosa dijo que el uso de plástico como combustible permitió a la empresa un ahorro de hasta 30% en el uso de diésel: "Anteriormente consumíamos entre 6 mil 500 y 7 mil litros de diésel diariamente, ahora consumimos entre 4 y 5 mil litros por día", apuntó.
La instalación de la planta lavadora de envases y el dosificador de combustible en la fábrica de papel tuvo un costo de 4 millones 156 mil 825 pesos, de los cuales el Conacyt aportó 1 millón 823 mil 750 pesos, por medio del Fondo de Innovación Tecnológica-Secretaría de Economía-Conacyt.
Pedro García destacó los beneficios que la fabricación de papel reciclado representa para el cuidado del medio ambiente, en comparación con el papel común: "Por cada tonelada de papel reciclado se deja de talar 17 árboles, se deja de enterrar tres metros cúbicos de basura y se ahorra hasta mil 460 litros de combustible. Hay que recordar que, en el caso de los envases multicapa, si estos materiales no se reciclan pueden tardar en degradarse hasta 500 años".
Actualmente, la Fábrica de Papel San José exporta papel reciclado a países como Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Chile. |