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Abril 2011
Hélix
El cajón de las ocurrencias

JULIETA FIERRO

Lo que viene
El cajón de las ocurrencias
» Colisión de dos cúmulos de galaxias en la constelación de Cetus, MACSJ0025. El diámetro de la imagen es de 3,000 millones de años luz. Se trata de la composición de tres imágenes. La primera muestra las galaxias en luz visible tomadas con el telescopio espacial Hubble. La parte rosada corresponde a la emisión en rayos X del gas, chocado, obtenida con el telescopio Chandra. La región azul es la distribución de la materia oscura. (Foto: NASA, ESA, CXC, M. Bradac (UCSB) & S. Allen (Stanford))
Ya trascurrió la primera década del siglo XXI y son muchos los avances que la ciencia ha logrado. Pienso que lo más espectacular –porque tiene una relación muy cercana con nosotros– se refiere al desarrollo de las múltiples áreas de la biología; en particular, el hecho de poder usar virus como vectores para alterar el contenido genético de un organismo viviente en la escala celular, y reparar los daños que pueda tener.

Los resultados en ratones –tan parecidos a nosotros en muchos aspectos– son prometedores. A lo largo de la década que ahora se inicia se realizarán los protocolos, que suelen durar al menos nueve años, para llevar la tecnología de reparación genética a humanos, de tal manera que los jóvenes de las nuevas generaciones puedan tener una salud muy superior a la nuestra.

Pasando a la astronomía, más distante a nosotros, desde el punto de vista físico, mas no desde la perspectiva intelectual, todo parece indicar que los avances espectaculares tendrán que ver con la materia y la energía oscuras.

Me explico: los cuerpos se atraen unos a otros, debido a su masa; al estar en movimiento suelen trasladarse entre sí; de modo que los 91 satélites de Júpiter giran en torno suyo, y este conjunto alrededor del Sol. Resulta que existen objetos que se trasladan en torno a otros que no vemos, pero inferimos su presencia por la influencia que sobre los objetos visibles ejercen: la mayor parte de la materia del Universo no se ve, pero se siente, y se conoce como materia oscura.

Ahora nos referiremos a la energía oscura. El Universo está en expansión; el espacio se dilata, arrastrando consigo la radiación y las galaxias. Esta expansión es acelerada, y se necesita energía para llevarla a cabo –del mismo modo como un auto requiere de gasolina durante el proceso de aceleración–: hablamos de la energía oscura, cuyo origen se desconoce, tanto como sus propiedades, salvo que es lo más abundante en el cosmos.

La física de altas energías es la que podría arrojar luz sobre la materia y energía oscuras, puesto que en los aceleradores se generan partículas de masa y velocidad elevada que derivan en otras partículas que al ser analizadas nos muestran las propiedades de la materia y energía exóticas.

Es interesante constatar cómo la mentes capaz de idear experimentos para tratar de entender la Naturaleza. Mencionaré un estudio sobre materia oscura: se piensa que las galaxias contienen estrellas, gas y polvo, las cuales se agrupan en cúmulos –de galaxias, claro–, contando con cientos de miembros sumergidos dentro de halos de materia oscura.

La idea de los halos proviene de calcular que la atracción gravitacional ejercida por ellos es muy superior a la que tendrían las componentes visibles.

Los astrónomos responsables de dos tipos de telescopios espaciales –uno de luz visible y otro de rayos X– estudiaron dos cúmulos que chocaron; proceso que tomó cientos de millones de años. Pero, cuando esto ocurre, las galaxias se siguen de frente, no chocan entre sí porque la distancia intergaláctica es tan inmensa, que los cúmulos se atraviesan.

Lo que no pasa de largo y choca es el gas de los cúmulos, que se aglomera, aumentando su densidad y temperatura; pero al enfriarse produce brotes de formación estelar. Lo interesante de estas observaciones es que, a diferencia del gas, la materia oscura sigue a su cúmulo, el cual, junto con las galaxias sobrevive a la colisión. Este resultado nos dice que la materia oscura, a diferencia del gas no se atrae por fuerzas electromagnéticas. Así, la distribución de materia oscura se determinó utilizando las galaxias más alejadas de la colisión que se distorsionaron por la enorme atracción gravitacional de los cúmulos y sus halos.

Como notará el lector, no ha sido sencillo comprender las cualidades de la materia oscura, pero con ingenio, colaboración y observaciones cuidadosas se puede ir desentrañando poco a poco el funcionamiento del cosmos.

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