Pero no todas las plantas parásitas son perjudiciales, en México se han realizado estudios sobre los principios activos de algunas de ellas. Por ejemplo, en extractos de hojas de algunos muérdagos se ha observado actividad coronaria vasodilatadora, un hallazgo importante, pues los vasoactivos son agentes químicos que sirven para disminuir la presión de arterias y vasos, distendiéndolos.
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De otras plantas parásitas es posible extraer sustancias aromáticas empleadas en medicina, perfumería y cosméticos. Por ejemplo, de las
Santalaceaes se han obtenido principios activos como el santalol, que se extrae de las maderas y se usa en perfumería y cosméticos; en esta familia se encuentra el género
Santalum, y una de sus especies es el sándalo (
Santalum album), ampliamente cultivado en Asia.
Por ello, si sabemos cómo una parásita interacciona y se asocia a su hospedero, la forma en que produce mínimo daño y prolonga la vida de la otra planta, las señales que emplean hospedero y parásito para comunicarse entre sí, la forma como el huésped diferencia lo nocivo de lo benéfico y responde a situaciones de estrés, nos será posible establecer programas de control que disminuyan el efecto adverso de las plantas parásitas y las pérdidas económicas en cultivos de importancia para los humanos; y por otro lado, nos será de gran beneficio encontrar sus usos potenciales y emplear sus principios activos en la industria y la medicina.