La volcadura de un auto requiere que sobre su centro de gravedad actúe una fuerza lateral capaz de producir un giro alrededor de su eje longitudinal, de manera que sea excedida la estabilidad lograda gracias a las fuerzas verticales de reacción ejercidas sobre las llantas por su contacto con el piso. De esta forma, el vehículo es obligado a rotar lateralmente.
Cuando se avanza en línea recta, las fuerzas laterales son de poca magnitud, y las reacciones verticales en las llantas a cada lado son de valor similar, con lo cual se equilibra el peso del vehículo. Ante cambios súbitos de dirección o en el seguimiento de trayectorias curvas (debido a las fuerzas laterales y su contraparte inercial), las llantas en el lado externo deben reaccionar con una fuerza de mayor magnitud, mientras que en las internas disminuye. En una condición crítica, la reacción en las llantas del lado interno se anula debido a la pérdida de contacto con el piso. Éste es el preámbulo de la volcadura. |
 |