En la actualidad no existe terapia específica para el tratamiento del LEG, y el uso de terapias convencionales como medicamentos supresores del sistema inmune y glucocorticoides o cortisona ataca de manera agresiva y no selectiva al organismo, provocando efectos colaterales adversos como diabetes, hipertensión, glaucoma, obesidad, daño al hígado, etc., lo que complica la evolución clínica en estos pacientes.
Algunos medicamentos, llamados biológicos, están siendo ensayados; de ellos, el único aprobado para uso en humanos, y elaborado por la industria farmacéutica, es el anticuerpo monoclonal conocido como anti-CD20 que aún se encuentra en estudio, por lo que su aplicación se restringe a pocos casos de esta enfermedad.
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