Experimentar la emoción que llamamos amor requiere la activación de muchas estructuras cerebrales interconectadas ampliamente, junto con el aporte de impresiones sensoriales del entorno: visuales, acústicas, olfativas, gustativas, y corporales, además de los conocimientos y experiencias personales, todos ellos derivados del aprendizaje y la memoria, a lo cual hay que añadir cuestiones como atención, juicio, abstracción, creatividad, que en conjunto forman parte de las funciones cognoscitivas. En otras palabras; se requiere experimentar una función normal y combinada de todo el cerebro, para llegar a la manifestación del amor. |
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