El principio de esta vacuna es regresar al
estado de tolerancia; quienes desarrollan la idea de tratar de usar animales con enfermedades autoinmunes y detenerlas o prevenirlas mediante el uso de anillos con genes (vacunas) fueron los doctores W. Robinson, L. Steinman y P. J. Utz de la Universidad de Stanford.
Ellos emplearon estas vacunas para tratar de prevenir y curar enfermedades órgano específicas como la encefalomielitis alérgica experimental en ratones, que es el modelo de una enfermedad neurológica que en los humanos se llama esclerosis múltiple.
La diferencia en nuestra investigación es el gran reto de desarrollar una vacuna para una enfermedad que ataca muchos órganos como el LEG; es decir una enfermedad sistémica, mientras que la descrita por los doctores mencionados se enfoca a este tipo de enfermedades con una característica inmunológica muy diferente al LEG conocidas como enfermedades autoinmunes TH1, mientras que el leg, en general, se reconoce como TH2, totalmente distintas en su base inmunológica autoinmune.
El diseño de esta vacuna está basado en el empleo de tecnología del ADN recombinante, es decir a través de anillos de ADN llamados vectores de expresión en mamíferos. A estos vectores se les realiza un pequeño corte en la región de clonación múltiple
(figura 1) para introducir los genes de interés, que en nuestro modelo son
Sm B/B´, Sm D1, SmD2 y Sm carboxilo. Una vez introducidos los genes arriba mencionados en el vector, se produce muchas copias de este gen. Es importante verificar que los vectores contengan realmente el gen necesario, para ello se lleva a cabo una serie de pruebas de diversas técnicas como secuenciación, mapa de digestión con enzimas de restricción y traducción
in vitro (figura 2). Terminada la verificación, nuestras vacunas están listas para ser inyectadas a los ratones
(figura 3).
Hasta el momento, hemos concluido que, transcurrido un mes de la inducción de lupus en los ratones –previa aplicación de la vacuna–, ninguno de los animales ha desarrollado la enfermedad.