El total de la muestra fue de 1,121 infantes y adolescentes, cuyo grueso se encuentra entre 10 y 15
años. El perfil fue de un típico análisis estadístico descriptivo, con base en una encuesta realizada el doctor Rafael Segovia en 1968, sobre infancia y política.3
La pregunta clave fue si conversaban sobre política, asumiendo que dicha actividad es señal de interés. Con ello, se pudo observar que un tercio de la muestra (34.52%) afirmó no hablar de política, mientras que un importante número (61.37%) sí lo hace.
Por otro lado, la Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP) que llevó a cabo la Secretaría de Gobernación en 2001, entre la población adulta, mostró lo siguiente:
- 67% afirmó no haber hablado de política fuera del seno familiar en los últimos siete días
- 44% nunca habla de política
- 23% lo hace con amigos y conocidos en reuniones
- 19% conversa sobre el tema en su casa
- 13% en su trabajo
- 7% en casa de algún familiar
- 5% en la escuela
En la ENCUP de 2003, se observó que:
- 36% dijo no estar en absoluto interesado en política
- 51% poco
- 10% mucho
Además, se supo que 6 de cada 10 encuestados mostraron apatía cuando se empezaba a hablar de política. Esto nos puede dar un panorama general sobre la tendencia de los adultos
a rechazar los temas políticos, contrastando con una mayor aceptación de los infantes.4
Se encontró que entre los niños de la encuesta en Coyoacán, la mayoría (33.18%) conversa sobre el tópico con sus padres y, en segundo lugar, con sus maestros (20.43%). En casa hablan de política (30.28%) en la escuela (28.19%).
Los datos del estudio de Rafael Segovia, aplicado a la infancia del país sobre si hablaba de
política hace ya más de tres décadas, dejó en claro que 55% afirmó hablar de política con alguien.5
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