Debido a este esfuerzo de Microsoft, internet contará con una poderosa herramienta para manejar inteligentemente y con seguridad la identidad de personas y entidades. Si diversas plataformas soportan estos protocolos, los cuales deberán ser abiertos e interoperables, su penetración en el mercado podría ser muy rápida, pues diversos proveedores comenzarían a ofertar mecanismos de identificación atractivos y sencillos de usar.

El problema con Passport de Microsoft fue que la tecnología estaba centralizada y era administrada por una sola compañía que cobraba sus servicios; además, no tuvo el éxito deseado al nolograr que los posibles vendedores lo adoptaran. InfoCard es una propuesta más atractiva, pues se basa en estándares abiertos (o tecnologías en proceso de convertirse en estándares). Otro gran componente de esta propuesta –y que puede ser clave para su éxito– es que considera el lado humano de la transacción: la forma en que se presenta la selección de tarjetas de identidad debe sentirse como si uno abriese la cartera.

Actualmente existen otras propuestas similares. IBM y Novell proponen una solución complementaria llamada Higgins, la cual se basa en protocolos abiertos. También existe Yadis, un servicio simple que se basa en las URL para identificar al usuario (donde la URL apunta a un proveedor de identidad). Será interesante ver cómo converge la industria ante esta problemática; no obstante, el riesgo se centra en la robustez de las implementaciones. ¿Qué sucede si localmente no se tiene seguridad con las tarjetas virtuales? Sería el equivalente a que uno perdiese su cartera –y el drama que esto conlleva–. Debemos estar conscientes de que no existe solución absoluta pero, sin duda, InfoCard puede ser un paso concreto en la dirección correcta.