Podemos pensar en InfoCard como una cartera virtual que mantiene diversas identificaciones.
Supongamos, por ejemplo, que nuestra identidad básica –información de contacto– se almacena en una tarjeta de presentación. Además, tenemos la licencia de conducir, la credencial de elector, y otra que nos acredita como empleados de una organización, la cual usamos para tener acceso a sus instalaciones. InfoCard resulta ser entonces una interfaz que nos permite seleccionar qué tarjeta de identificación deseamos utilizar cuando requerimos un servicio. Cuando un oficial de tránsito nos pide identificarnos, no le entregamos toda nuestra cartera, solamente la licencia de conducir. Este principio de identidad selectiva promete aliviar gran parte de la problemática actual, pero su éxito estará sujeto a la interoperabilidad de la solución y la adopción de este sistema por diversos proveedores.
Las tarjetas poseen información sobre el tipo de identificadores que contienen, además de otros usos frecuentes. En principio, la ejecución del usuario será transparente, pues sencillamente seleccionará la opción de identificación en el servicio, lo cual está ofreciendo InfoCard, y ahí se selecciona la identidad que mejor empate con la petición del solicitante. Detrás de esta simplicidad, hay una serie de procesos y protocolos que garantizan el respeto a las leyes de identidad. |
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