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ÓSCAR FLORES VILLELA

Historia natural de una rana

Historia natural de una rana
Quintero Díaz, Gustavo Ernesto y Joel Vázquez Díaz†. Historia natural de una rana muy mexicana. México: SEMARNAT / Ayto. de Aguascalientes / Sría. de Serv. Públicos y Ecología / UAA / Conservación de la Biodiversidad del Centro de México, / Sociedad Herpetológica Mexicana, 2009. 169 pp.
Lectura importante para constatar que también en México puede protegerse exitosamente la existencia amenazada de especies, como esta ranita mexicana.

Historia natural de una rana muy mexicana es producto del esfuerzo conjunto de Gustavo Quintero Díaz, profesor de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, Joel Vázquez Díaz, biólogo y conservacionista de corazón –recientemente fallecido– y el gobierno municipal de Aguascalientes, instancia que apoyó el desarrollo del proyecto de protección a la rana de madriguera.

El texto consta de 12 secciones, que incluyen el reconocimiento de la especie, lugar que habita, su historia natural, problemas de conservación a los que se enfrenta, y está escrito en un lenguaje sencillo y accesible al público no especialista en el tema, lo que lo hace muy valioso como material de divulgación. Su edición es muy cuidada y profusamente ilustrada con fotografías, esquemas, cuadros, gráficas y una atractiva cubierta, todo en color y en pasta dura; además de que se presenta en español e inglés, con el propósito de lograr una mayor difusión.

Se relata la historia de la especie desde su descubrimiento, en 1957, y nos ayudan a reconocerla, diferenciándola de otras parecidas de la misma familia de ranas.

Esta especie, como la mayoría de las ranas, necesita mucha humedad para vivir. En la época de secas, las ranitas se entierran en madrigueras que ellas mismas construyen y forman un capullo que les ayuda a mantenerse libres de la desecación y de morir antes de que llegue la temporada de lluvias.

Las ranitas de madriguera se alimentan de insectos, primordialmente, y se reproducen en la época de lluvias, sobre todo cuando éstas son más intensas –según nos cuentan los autores–, y las hembras pueden poner hasta 2,800 huevos, de los cuales, transcurridas 24 horas, emergen los renacuajos. Las culebras acuáticas y las tarántulas son los depredadores de esta especie, pero no son su principal problema, ya que su distribución es restringida en México y se encuentra cerca de desarrollos urbanos y carreteras que amenazan su existencia. No obstante, los autores, en conjunto con diferentes sectores gubernamentales y de la sociedad civil, han orquestado un plan de protección para salvar esta especie de la extinción.

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