Pocos años después, en 1872, Francisco de Paula Arrangoiz, un conservador que había participado en la promoción de Maximiliano al trono de México, publicaba su obra México desde 1808 hasta 1867, en la cual pormenorizaba los errores cometidos por el emperador, los cuales condujeron a su caída, misma que interpretaba como “la señal de la desaparición completa de la República Mexicana”.

Interesado en justificar a sus correligionarios y defender la visión conservadora de la historia, Arrangoiz pensaba que las obras de otros historiadores eran novelas o romances, y resumía la historia del México independiente como una marcha de motín en motín. Afirmaba que en 1861, bajo el gobierno de Juárez se persiguió la religión y México estaba en el más completo estado de anarquía, por lo que la intervención europea había sido la única esperanza de ver restaurado el orden.

Por eso, el triunfo de Juárez quien, según Arrangoiz, “nada respetaba: ni la religión, ni al individuo que no pensaba como ella, ni a la propiedad”, representaba la culminación de esta etapa en la que México podría desaparecer a manos de las ambiciones de Estados Unidos si éstos continuaban su obra de 1848. El modo de tramar la historia de manera tal que las divisiones y luchas entre los hombres culminan con la caída del protagonista o la conmoción del entorno que habitan, es el que White identifica con la TRAGEDIA.

Pedro Pruneda
Francisco Bulnes
Justo Sierra