Diversos autores consideran que uno de los mayores retos para la humanidad en el siglo XXI es garantizar el acceso a suficiente agua limpia. Para conservar este recurso vital, es indispensable mantener la relación vegetación-suelo; si alguno de estos elementos cambia, afecta el comportamiento general.
El agua es un factor limitante para la salud humana, pues, aun cuando 70% del planeta está compuesto por ella, sólo 2.5% es dulce y menos de 1% se encuentra disponible tanto para uso humano como para el mantenimiento de los ecosistemas.
Resguardo de la Cuenca del Río Magdalena
Un gran volumen del agua que se consume en la Ciudad de México es importado de otras regiones (cuadro 1) y, dada la estrecha relación entre la vegetación y el agua, resulta de vital importancia la conservación de las zonas boscosas ubicadas en el suroeste del D. F.; un ejemplo es la Cuenca del Río Magdalena (CRM), región en la que centramos este estudio.
Existe un gran interés por parte de distintas organizaciones y grupos de vecinos en conservar el río Magdalena; a nivel estatal, tanto la delegación Magdalena Contreras como la Comisión de Recursos Naturales del Distrito Federal han invertido importantes recursos para su protección.
Por su parte, la Universidad Nacional Autónoma de México realiza investigaciones lideradas por dos grupos de trabajo: la Facultad de Ciencias, con el Macroproyecto “Manejo de ecosistemas y desarrollo humano”, el cual es intra e interdisciplinario con varios grupos de la entidad, y tiene como objetivo primordial buscar opciones de manejo que aseguren la continuidad del ecosistema. El reto es generar información científica básica además de proyectos productivos para los habitantes del lugar, planes de acción y material de comunicación y educación ambiental. Por otro lado, el PUEC (Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad) está iniciando un proyecto sobre cuestiones de aprovechamiento del caudal de este río.