Podemos comparar el SPAM con la publicidad que llega a nuestras casas; no es solicitada, pero ahí está, ofreciendo productos y servicios, llenando nuestro buzón o la cochera, formando basura.

SPAM es todo el correo electrónico no deseado o no solicitado y de distribución masiva que satura nuestros buzones: propaganda, publicidad, etcétera.

Su nombre tiene una historia curiosa. En 1937, Hormel Foods lanzó un producto que consistía en carne enlatada llamada Hormel’s Spice Ham, el cual tuvo gran éxito durante la Segunda Guerra Mundial. Este producto se generalizó con el nombre de SPAM cuando diversas empresas comenzaron a producirlo y distribuirlo.

Tiempo después, en un programa inglés, realizado por el grupo Monty Phyton en 1969, uno de sus sketchs hacía alusión a un restaurante en el que todo platillo era acompañado con spam, aunque el cliente no lo quisiera y, en mayor o menor medida, todos los platillos lo incluían.

Así, el SPAM se interpreta también como algo no deseado que está ahí y no hay nada que hacer para evitarlo.

Historia del SPAM

Previo a la aparición de la internet, el primer mensaje considerado como SPAM (aún antes de que de que este término se le adjudicara) fue enviado por un agresivo vendedor de la Digital Equipment Corporation (DEC) para dar promoción al nuevo equipo de cómputo que estaba por salir. Esta publicidad fue enviada a todos los usuarios de Arpanet¹ en la costa Este de los Estados Unidos, y una de las reacciones generadas, fue que los receptores respondieron al mensaje no solicitado.

En 1994 se utilizó el primer SPAM comercial, cuando la firma estadounidense de abogados Canter and Siegel contrató a un programador para desarrollar un pequeño sistema con el objetivo de poner un mensaje publicitario en todas las listas de Usenet (Servicio de noticias en internet), anunciando sus servicios. El resultado fue que el primer día después de la publicación la firma facturó cerca de 10 mil dólares.

A partir de ahí, el SPAM ha crecido en gran medida, y se ha convertido en una empresa muy lucrativa, aprovechando la falta de legislación en algunos países, así como el crecimiento de redes en renta y paquetes armados para dedicarse a esta actividad.