La medusa, una vez capturada, es frágil, por lo que se debe iniciar inmediatamente su proceso de conservación: el
salado-deshidratado (Figura 7). El producto final se empaca en cubetas de 19 litros o en cajas de cartón reforzado
(figura 8). el rendimiento obtenido de la materia prima varía de 10 a 25%, dependiendo del país de destino, ya que cada comprador establece sus propios estándares de calidad del producto.
Aunque el proceso es sencillo, las grandes cantidades de medusa procesadas y la necesidad de optimizar los costos de producción hacen que la manufactura sea una actividad intensa que emplea a cientos de personas las 24 horas del día, durante la temporada de pesca que dura de dos a cuatro meses, convirtiéndose en una alternativa de empleo para un sector cada vez más necesitado de fuentes de empleo como lo es el pesquero.