Si bien INPRO y GIF son dos proyectos separados, ambas
iniciativas pudieran coincidir en el objetivo común de contar con un reactor innovador, altamente seguro, que utilice un ciclo de combustible cerrado –que, además, considere el reprocesamiento de combustible–, con una alta resistencia a la proliferación de armas nucleares, en un tiempo razonablemente corto. Un punto atractivo de tales reactores sería que, por su elevada temperatura de operación, además de generar electricidad, también tendrán la capacidad de producir hidrógeno y desalar agua.
Todo parece indicar que GIF ha tomado la delantera al encontrarse en la etapa de investigación y desarrollo, en tanto que INPRO sólo ha definido la metodología de evaluación para los nuevos diseños. Sin embargo, INPRO ha sido más específico en tratar de satisfacer las necesidades de los países miembros del OIEA dentro de la economía mundial, atendiendo las posibles inestabilidades del mercado energético.
Los expertos coinciden en que más de 50 años de experiencia por parte de la industria nuclear en la obtención de energía eléctrica con una garantía que permitirá contar con una nueva generación de reactores nucleares más seguros y con un mayor índice de aceptación antes del año 2030.
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