Aunque la medusa bola de cañón ya había sido registrada
por algunos científicos mexicanos desde la década de los setentas, en general se conocía muy poco sobre la especie en aguas nacionales, en particular por la falta de interés desde el punto de vista pesquero. Las actividades de investigación y aprovechamiento de esta medusa se iniciaron en el año 2000, cuando se otorgó el primer permiso de pesca de fomento y se comenzó a procesar en el estado de Tabasco, donde a la fecha continúan las investigaciones.
Gran parte de los hallazgos biológicos sobre esta especie se han realizado, desde 2004, en el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C. (CIBNOR), y como producto de los convenios de colaboración entre dicha institución y la empresa pesquera México, S. A. de C. V.
2 se ha derivado información sobre sitios y estacionalidad de las concentraciones masivas dela especie, biología reproductiva, crecimiento, mortalidad y reclutamiento, así como la potencial relación ambiente-organismo y las áreas de asentamiento de los pólipos.
Es importante resaltar que en la investigación efectuada, han intervenido laboratorios altamente especializados en diversas áreas como: Histología, Genética, Manejo de zonas costeras, Pesquerías, Botánica, Ictiología, Calidad de agua, entre otros; además de investigadores especialistas en asentamiento de invertebrados, genética, dinámica poblacional, ictiología, ecología, transporte litoral, ecofisiología y reproducción, y se encuentran en desarrollo tesis de maestría y doctorado. De estas investigaciones se ha podido determinar que la medusa bola de cañón puede sostener una pesquería sustentable bajo una serie de medidas de manejo que incluyen talla de primera captura
3 y regulación de esfuerzo pesquero,
4 entre otros.