Una estrategia que han seguido algunos países a fin de sacar mayor provecho de sus centrales nucleares, es la modificación de las licencias de operación para aumentar la potencia y extender la vida útil de los reactores. Los incrementos concedidos van de 5% a 20% de energía térmica adicional, algunos de los cuales involucran cambios significativos en el diseño original de sus plantas.
La central nucleoeléctrica de Laguna Verde, México, incrementó su potencia en 5% hace más de un lustro y actualmente se prepara para 20% más con respecto a la potencia originalmente autorizada; proyecto en marcha cuya conclusión está prevista para 2010 con un costo de 600 millones de dólares.
Por otra parte, la mayoría de las centrales son autorizadas para tener una vida útil hasta de 40 años, pero las evaluaciones de ingeniería de muchos reactores han demostrado su posibilidad de operación por más tiempo, sin menoscabo de la seguridad. En los Estados Unidos, alrededor de 50 reactores han obtenido la renovación de su licencia para extender su vida útil de 40 a 60 años, y se espera que la mayoría de las centrales nucleares estadounidenses soliciten dicha extensión. Casos muy particulares ocurren en China y Japón, donde cuentan con reactores avanzados cuyas extensiones de vida les permitirán funcionar hasta por 70 años. |
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