El aprecio y la demanda de diamantes se han extendido por todos los rincones del planeta, razón por la cual la búsqueda de yacimientos, su explotación y comercialización requieren de controles rigurosos por parte de las autoridades, tanto locales como internacionales.
Durante la década de los noventas, la venta ilegal de diamantes procedentes de África –Sierra Leona y Angola, principalmente– permitió financiar a grupos armados participantes de las guerras civiles que provocaron cuantiosas pérdidas humanas y económicas; por ello, para garantizar que los diamantes cumplen con la normatividad internacional y son comercializados legalmente, es necesario que cuenten con un certificado de autenticidad, el cual debe estar avalado por el World Diamond Council (Consejo Mundial del Diamante). Sin embargo, las actividades ilegales de explotación y comercialización no han sido abatidas del todo; ante esta problemática, se ha planteado la posibilidad de nuevas alternativas de producción sintética de diamantes. |
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