MIGUEL MORENO GARCÍA |
Por qué estudiar el sistema inmune de insectos |
Para empezar, el sistema inmune de los insectos no es tan distinto del humano; en ambos casos se da el proceso de fagocitosis, la generación de péptidos antimicrobianos y un tipo de memoria inmunológica, por lo que, al conocer el sistema inmune de los insectos, se puede obtener información muy valiosa para avanzar en el entendimiento de la respuesta inmune en los humanos y, por supuesto, en su potencial aplicación en salud pública.
El estudio del sistema inmune de mosquitos –vectores de la malaria y el dengue (figura 3)–, o la chinche –vector de la enfermedad de Chagas–, en un futuro, permitirá generar estrategias para reducir la tasa de transmisión de patógenos que tanto daño causan a la población humana.
Así mismo, el conocimiento de la memoria inmunológica de Ae. aegypti podría permitirnos inducir una respuesta anticipatoria en el organismo, haciéndolo resistente al virus del dengue, lo que interrumpiría el ciclo del virus y con ello su transmisión a los humanos.
Otra posibilidad sería bloquear o inutilizar la cascada de fenoloxidasa y/o la generación de óxido nítrico en insectos vectores, mediante la utilización de bacterias que sólo afecten a los insectos, evitando riesgos para la salud humana.
Por último, los insectos han vivido más de 500 millones de años sobre la Tierra y no se puede menospreciar la forma en que ellos pelean contra los patógenos; de no tener un sistema tan eficaz, lo más seguro es que no estuvieran aquí. Es necesario dejar en claro que muchas veces lo más complicado no es necesariamente lo mejor (refiriéndome a la inmunidad adaptativa de los vertebrados); lo óptimo para cada grupo de organismos es lo que en realidad le da ventajas para la supervivencia. |
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