Los residuos peligrosos (RP), de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana (NOM-052-SEMARNAT-2005), “son aquellos que poseen alguna de las características de corrosividad, reactividad, explosividad, toxicidad, inflamabilidad o que contienen agentes infecciosos que les confieren peligrosidad. Las empresas que los generan –de acuerdo con la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR)– deben disponer adecuadamente de ellos y realizar su depósito en sitios de confinamiento autorizados”. Sin embargo, según cifras publicadas por el Instituto Nacional de Ecología, sólo 27,280 empresas declaran sus RP y disponen adecuadamente de ellos, mientras que el número total de empresas obligadas a cumplir esta norma se estima en más de 100,000.
La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) distingue cuatro clasificaciones para el manejo adecuado de residuos peligrosos, lo que significa implementar sendos procesos que deberán ser aplicados al total de residuos peligrosos (estimados en 13,800 millones de toneladas) que deberían ser sometidos a:
» Tratamientos para reducir su volumen o peligrosidad, 47%
» Reutilización y/o reciclaje, 40%.
» Disposición final en confinamientos controlados, 12%
» Incineración, 1%.
Primer problema: en México tenemos únicamente un par de sitios de confinamiento autorizados para el depósito de RP que ofrecen servicio al público en general; además de ello, resulta que el proceso de confinamiento es caro, lo cual explica en gran medida, y en muchos casos, el alto porcentaje de evasión de esta obligación.
Así pues, el problema continúa, por lo que actualmente se encuentra en curso una nueva Ley General de Residuos en México, cuyo cumplimiento se retrasará por las dificultades que su aplicación implica, pues va a prohibir cualquier vertido industrial de muchos residuos de manejo especial en rellenos sanitarios, según opinión de algunos científicos; en este escenario, la única alternativa viable, al menos por ahora, sería la vitrificación; no obstante, se estima que tal tecnología sólo llegará a ser obligatoria en veinte años más.
La tecnología de vitrificación consiste en convertir en cenizas los polvos de escorias, las partículas micronizadas de filtros de emisiones, lodos de plantas tratadoras de agua industrial que, después de inducir calentamiento sobre estos residuos, dan paso a la obtención de un producto vítreo, un material resistente al ataque químico (figura 1). Como ya es bien conocido, el vidrio ha perdurado a lo largo de la historia, por lo que actualmente pueden aún verse, en varios museos de Europa, vidrios tan antiguos como los egipcios y romanos con sólo alguna alteración superficial.
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CURRÍCULUM |
Sergio Ballesteros Elizondo es candidato a doctor en Materiales por el Instituto Tecnológico de Saltillo. Actualmente es investigador en el área de Equipos de Procesos del CIATEQ-Querétaro. Su línea de investigación es el estudio y desarrollo de ecoproductos a partir del reciclamiento de residuos industriales por vitrificación y sintetización. C. e.:
sballes@ciateq.mx
José Refugio Parga Torres es profesor investigador del Instituto Tecnológico de Saltillo, en el área de Reciclamientos de Residuos Industriales.
Jesús Ma. Rincón López es Jefe del Laboratorio de Sistemas Constructivos y del Laboratorio de Materiales Vítreos y Cerámicos del Instituto Torroja de Ciencias de la Construcción CSIC, en Madrid, España.
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Versión impresa
Norma ISO 690
BALLESTEROS ELIZONDO, Sergio et al. "Vitrificación para inmovilizar residuos peligrosos". Revista Ciencia y Desarrollo, Mayo-Junio 2010, Vol. 36, no. 243, p. 6-11.
Versión electrónica
Norma ISO 690-2
BALLESTEROS ELIZONDO, Sergio et al. "Vitrificación para inmovilizar residuos peligrosos" [en línea]. Revista Ciencia y Desarrollo, Vol. 36, no. 243, Mayo-Junio 2010. Disponible en: Colocar URL. [Consulta:Día-Mes-Año] |
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