El interés internacional sobre el cambio climático llevó en 1992 a organizar la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre cambio climático (UNFCCC: United Nations Framework Convention on Climate Change), cuyo objetivo es “la estabilización de las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero en un nivel
que evite la interferencia antropogénica peligrosa con el sistema climático”.
** Por otra parte, las predicciones del uso global de energía estiman un incremento sustancial en las emisiones de CO
2 para mediados del presente siglo, debido a que el uso de combustibles fósiles para el suministro de energía eléctrica va a prevalecer, al menos, hasta ese plazo. La magnitud de la reducción de emisiones necesaria para estabilizar la concentración atmosférica de CO
2, estimada en dicha convención, está en el rango de 450 a 750 ppm (partes por millón).
En este contexto, la disponibilidad de la tecnología CCS en la gama de opciones para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero puede ayudar a alcanzar las metas establecidas. Entre otras opciones se incluye:
» Reducir la demanda de energía mediante el incremento
de la eficiencia en los procesos de conversión de energía.
» La descarbonización en los combustibles en el proceso
de producción de la energía (como conversión de carbón a gas natural) y el incremento del uso de fuentes renovables de energía, además de la nuclear.
» La reducción de gases de efecto invernadero diferentes
al CO
2.
La fuerte dependencia mundial en el uso de combustibles
fósiles (aproximadamente de 80% del uso global de energía), el potencial de la tecnología CCS para reducir las emisiones de CO
2 y los promisorios resultados de sistemas de CCS que se encuentran ya en operación, explican el interés en esta tecnología.