En agosto, a eso de las 21 horas tenemos, en el hemisferio Norte, sobre nuestras cabezas, el bello Triángulo de Verano formado por las estrellas Vega, Deneb y Altair, pertenecientes a las constelaciones Lira, Cisne y Águila, respectivamente, estas dos últimas inmersas en la Vía Láctea.
Si miramos hacia el este, observaremos el Gran Cuadrado de la constelación Pegaso cuya estrella, Alpheratz, es común a Pegaso y a la constelación Andrómeda, donde se encuentra, además, la galaxia espiral del mismo nombre, visible a simple vista, a pesar de hallarse a 2.2 millones de años-luz de nosotros. Arriba de nuestras cabezas, un poco al oeste, podemos observar la constelación Hércules, en la que se halla uno de los cúmulos globulares de estrellas más bellos del cielo: el M-13, del catálogo de Charles Messier.