EL TABACO CONQUISTA EL MUNDO
Hasta 1492 –año del descubrimiento
de América– la planta del tabaco era una completa desconocida
para el Viejo mundo, pero en menos de un siglo, su consumo
se extendió desde España hasta Japón, introduciéndose también en China y varios países de África. A los seguidores de el Corán, el tabaco los tomó por sorpresa, pues era una planta no conocida en la época de Mahoma, el profeta del Islam; por tanto, no existían normas para su consumo y, como no es posible prohibir lo que no se conoce, la incorporaron a su vida.
Para mediados del siglo XVI, cuando en 1565 apareció la Historia medicinal de las cosas que se traen de Nueva España, del sevillano Nicolás Monardes, el tabaco se cultivaba con fines de ornato en Europa, y era muy utilizado con propósitos
medicinales y por placer, sobre todo entre los marineros, quienes fueron los grandes difusores
del consumo de tabaco; ellos quemaban, inhalaban, aspiraban por la nariz, untaban y masticaban la planta. El nombre nicotina para el principio activo del tabaco se tomó de Jean Nicot, el embajador francés en Portugal que, en 1559, plantó en el patio de la sede diplomática francesa unas semillas de la especie Nicotiana rustica, y la estudió en forma detallada. |