Francisco Camero Rodríguez (Oaxaca), filósofo y maestro normalista, recuerda cuestiones esenciales de la investigación científica desde la perspectiva filosófica. Apunta algunas verdades que pueden resultar de Perogrullo, como el hecho de que la práctica científica tiene dos aspectos fundamentales, la investigación y la divulgación; que la formación de investigadores científicos es indispensable, que no se requiere de hacer
genios, sino de establecer las mejores condiciones para que se formen investigadores expertos.

Sin embargo, uno de sus planteamientos centrales es que la concepción filosófica del mundo es fundamental en el investigador científico. Tal concepción reside en un sistema de ideas acerca del mundo y el hombre que tiene como soporte las ciencias. El autor es enfático al expresar que el nuevo científico requiere desarrollar su capacidad inquisitiva desde temprana edad para satisfacer su curiosidad.