La taeniasis con frecuencia no causa síntomas o signos evidentes, aunque se han registrado: dolor abdominal, náuseas, alteraciones en el apetito, pérdida de peso, desnutrición, dolor de cabeza, diarrea o constipación, mareo y prurito anal; no obstante, el parásito produce daño mínimo en la mucosa intestinal, zona en la que se establece.
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La cisticercosis puede ser subcutánea, muscular u ocular. Cuando afecta al sistema nervioso central origina la neurocisticercosis. Las manifestaciones en el enfermo dependen de: el número de parásitos, su localización dentro del cerebro, la respuesta inmune del huésped y el estado del parásito; sin embargo, las más comunes son epilepsia, crisis convulsivas, dolores muy fuertes de cabeza, depresión, demencia, trastornos neurológicos, hiperactividad (en niños), disminución de la capacidad sensorial, movimientos involuntarios y debilidad (que puede ser discapacitante). Aunque debe considerarse que, con frecuencia, la presencia de cisticercos en cerebro es asintomática, también debemos saber que puede ser mortal. Cuando el cisticerco permanece en los ojos puede causar la disminución o pérdida de la capacidad visual. El tratamiento consiste en la extirpación y/o empleo de láser, pero en casos severos que presentan una reacción inflamatoria intensa, es necesaria la extirpación del globo ocular.
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