Pero fuera de este estado onírico, la autoscopía como tal, ocurre sólo en condiciones de enfermedades neuropsiquiátricas como en la esquizofrenia, la depresión mayor –en el estrés postraumático– y en diferentes formas de epilepsia, sobre todo la del lóbulo temporal; en las tres enfermedades hay alteraciones reportadas en el sueño de mor. Por ejemplo, en la esquizofrenia hay un delirio (idea absurda irreducible a los conceptos lógicos) que consiste en no reconocer a un familiar y decir que es un impostor disfrazado de esa persona. Un ejemplo cinematográfico dramático lo tenemos en la película Spider (2002) de David Cronenberg, en la cual, los delirios son pensamientos surgidos de premisas lógicas muy particulares para el paciente y que se estructuran de una manera coherente con lo sucedido o registrado dentro de su cerebro.

Como una telaraña, se van constituyendo los delirios en una estructura geométrica sustentadora de las creencias de la persona en la cual se genera el delirio y, por muy anormal que parezca para la mayoría de las personas, éstas tienen una explicación muy personal del mundo interno y externo del enfermo.