Autoscopía

El término alude a la experiencia de verse a uno mismo proyectado en el espacio por un periodo corto de tiempo. Esto tiene dos versiones: que yo me vea, por ejemplo, en la experiencia cercana a la muerte, descrita previamente, en la cual veo mi cuerpo, o mi cuerpo ve mi fantasma caminando por la calle en la acera de enfrente. La primera es una experiencia que también se denomina estar fuera del cuerpo o descorporización (en inglés desembodiment). El área del cerebro que permanece activa en uno u otro fenómeno hace la diferencia.

En el fenómeno de autoscopía que consiste en ver a nuestro doble –incluso sin que se trate exactamente de la forma como es nuestro cuerpo (por ejemplo, los transexuales, quienes se visualizan en el género con el cual se sienten identificados⁷)–  lo que se muestra activo es la corteza occipital y el tallo cerebral  en donde se gesta el sueño (el dormir) de movimientos oculares rápidos (MOR); mientras que, cuando se ve el cuerpo, trabaja la porción posterior de los lóbulos temporal y parietal. Esto se ha evaluado mediante la resonancia magnética funcional y los paradigmas específicos con los cuales se modelan estas conductas.

Una situación cotidiana en la que podemos experimentar el fenómeno de la autoscopía bajo condiciones normales, es durante los sueños. El soñante puede referir que de pronto vio cómo se alejaba él mismo con una mujer, como si estuviera contemplándose a través de una pantalla, sentado en una sala de cine.

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