La demanda de producción de alimentos a nivel mundial se incrementa constantemente. Una estrategia para nuestro país es conservar las abejas nativas, cuya actividad como polinizadores es clave en la producción agropecuaria; por ello, investigar y preservar nuestras especies es una estrategia básica para la seguridad alimentaria, pues una disminución severa de sus poblaciones o, en caso extremo, su desaparición, impactaría gravemente la productividad de cultivos, lo que representa un riesgo económico a corto y mediano plazos, no sólo por el riesgo de vernos dependiendo de la importación de productos que históricamente han estado presentes en nuestro territorio, sino incluso, por reducirse aún más las fuentes que sostienen el campo mexicano.
Estamos inmersos en un proceso ecológico que debemos preservar, pues el futuro de la producción de cultivos y de miel mexicana dependerá, en última instancia, de la salud de los ecosistemas en los cuales se desarrollen nuestras abejas. |
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