Uno de los dilemas de la industrialización es el empleo de fuentes de energía no renovables, como el petróleo. Los ecologistas y científicos advierten sobre sus efectos en el medio ambiente y sus implicaciones en el futuro del planeta. Por su lado, los economistas desarrollistas, no dejan de insistir sobre los graves riesgos financieros que tiene para los países el basar su crecimiento en la producción de energía a partir de combustibles fósiles. México no esta exento de este disyuntiva pues el desarrollo social y económico se ha fincado, aunque cada vez menos, en la producción petrolera y en los derivados de la minería. Ya se ha señalado por los especialistas, que las reservas de petróleo están disminuyendo y que más temprano que tarde nos alcanzará la escasez y la necesidad de recurrir a fuentes alternas de energía. Hoy más que nunca se requiere de mayores fondos para la investigación aplicada y de la creación una red de centros de investigación e ingeniería que trabajen conjuntamente para encontrar soluciones de largo plazo, como es el caso de la energía natural y limpia derivada de la luz solar.

La transformación, almacenamiento y distribución de la energía solar representa enormes retos para la ciencia y la tecnología, como lo señalan los investigadores invitados en este número. Su aprovechamiento aún plantea desafíos que merecen se apoyados de manera decidida por las autoridades, centros de investigación y universidades si queremos adelantarnos a una problemática económica, social y ecológica que ya toca a nuestras puertas. Recientemente un grupo de tecnólogos obtuvo un premio internacional por la creación de una estufa solar para las comunidades rurales que ha demostrado su efectividad para la cocción de alimentos, existe también un proyecto de refrigerador solar que se encuentra en su fase final, sin embargo se hace necesario que estos y muchos proyectos más se vinculen al sector industrial para analizar sus costos de producción masiva y la posibilidad de introducirlos al mercado nacional.

En Ciencia y Desarrollo hemos buscado difundir estudios y avances científicos y tecnológicos que apunten a resolver problemáticas presentes y futuras, pero sobre todo a hacer conciencia en nuestros lectores sobre la importancia del conocimiento como palanca de la competitividad y la productividad nacionales, que se traducirá en mejores niveles de vida. Más allá del conocimiento per se, nos hemos propuesto como el número anterior, que versó sobre el cambio climático, adelantar el futuro para que los tomadores de decisiones actúen hoy y la sociedad conocedora de ello exija acciones más pertinentes. Se trata de hacer el conocimiento útil para la vida diaria.