“Todo aquello que un ser humano es capaz de imaginar otros seres humanos serán capaces de realizar”.
Julio Verne, en una carta a su padre.
El 4 de octubre de 1957 los medios informativos de todo el mundo dieron la noticia de que, la entonces Unión Soviética había colocado en órbita terrestre el primer satélite artificial construido por el ser humano: El Sputnik I. La noticia conmovió especialmente a los Estados Unidos, país que desde meses atrás estaba en posibilidad de asombrar a la humanidad con similar hazaña, cosa que no realizó, debido a que el presidente Eisenhower no dio la orden por temor a un empeoramiento de las relaciones entre los dos países inmersos en la Guerra Fría.
Antecedentes
Conviene recordar que, al término de la Segunda Guerra Mundial, los países aliados, principalmente los arriba mencionados se dedicaron a reclutar a todos los científicos y tecnólogos de todos los campos del conocimiento que pudieron localizar en una Alemania destruida por los bombardeos pero con especial empeño, a los especialistas en armas nuevas, como fueron las bombas voladoras v-1 y los cohetes v-2 (llamados a-4 por los alemanes), capaces de llegar desde el centro de Alemania hasta las Islas Británicas con poderosas cargas de tnt.
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