Por muchos años, las enfermedades mentales se han considerado en nuestra sociedad como procesos raros que les suceden a otros, nunca a nosotros mismos o a nuestros seres más cercanos, jamás hablamos de ellas como lo hacemos sobre otros males; coloquialmente podemos decir a nuestros conocidos que padecemos colitis, infección estomacal, migraña, gripe... siempre los más comunes. Por otro lado, existen padecimientos a los que otorgamos mayor discreción, de los cuales se platica en tercera persona: ciertos tipos de cáncer, sida, diabetes... padecimientos del dominio familiar o de amigos. Por supuesto, también existen las enfermedades de moda, aquellas que son producto de la vida moderna como el estrés, con repercusiones en el ámbito mental, y de lo cual ya se nos dificulta hablar.

De las enfermedades relacionadas con la conducta, en cambio, poco se habla, quizá por desconocimiento o por temor, y mucho menos se difunde información de forma clara, objetiva y profesional, por ello en esta edición hemos solicitado a varios especialistas que escribiesen para Ciencia y Desarrollo sobre afecciones del género neuropsiquiátrico como la de Huntington, los trastornos de atención en niños y la fibromialgia, de la cual poco se sabe. Pero además de brindar información, nuestro interés es acompañarla de la buena noticia de que en México hay instituciones abocadas a su estudio y al apoyo de los pacientes, en las cuales se investigan sus causas y posibilidades de curación desde diversos ángulos como la genética, la psicológica, la farmacológica...

La difusión de las causas y tratamiento de estas enfermedades constituye una forma social de entender a quienes las padecen; pues, en la medida que dispongamos de mayor información lograremos comprender su efectos en los individuos y crear ambientes para sobrellevar la vida.

La función del cerebro es compleja y guarda aún muchas zonas inexploradas por los científicos. Con los avances recientes de la genética pronto habrá hallazgos nuevos que nos permitan borrar mitos sobre la mente y acrecentar el conocimiento de los procesos que dan origen al entendimiento de la conciencia.

En otras secciones de este número se presenta un artículo sobre las diferentes aplicaciones del bioelectromagnetismo en la vida diaria, incluso en tratamientos quirúrgicos; exploramos, en otro tema, el potencial del hidrógeno obtenido en plantas nucleares para una energía más barata y limpia; incluimos además un articulo sobre el papel de los museos y centros de ciencia en la comprensión pública de ciencia en nuestro país que, afortunadamente, cuenta con más de estos centros de aprendizaje y entretenimiento. Mencionamos que, tan sólo en este sexenio, el Conacyt apoyó la construcción de tres de ellos en los estados de Zacatecas, Morelos y Chiapas.

En las secciones acostumbradas, usted encontrará información acerca de los avances en ciencia y tecnología en el mundo y en México, a través de sus universidades y centros de investigación. Como siempre el Paseo por los cielos, de José de la Herrán, recientemente galardonado como investigador emérito, máximo reconocimiento que otorga el Conacyt, ¡Enhorabuena a nuestro distinguido colaborador!