La Unión Astronómica Internacional decidió redefinir la familia de miembros en el Sistema Solar, reservando a Plutón –descubierto en 1930 por Clyde Tombaugh, en el Observatorio de Flagstaff, Arizona– la categoría de planeta enano.
Los medios de información dieron gran difusión al caso, generando en el público cierto grado de desilusión en el sentido de degradar a Plutón. Sin embargo, debemos considerar primero, que desde poco después de su descubrimiento, cuando se le llamó el noveno planeta del Sistema Solar, hubo dudas por parte de muchos astrónomos sobre si la designación de planeta era la correcta; esto debido a que, por una parte, tanto su órbita muy elíptica (e=0.25) y muy inclinada (17.2 grados) respecto al plano de traslación de los demás planetas, cuanto su tamaño aunque minúsculo, aún no definido entonces, daban lugar a desacuerdos ya que, además de estos argumentos, algunos de ellos comparaban el caso de Plutón con el de Ceres, ocurrido siglo y medio antes.