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Ubicado en la cúspide del extinto volcán Sierra Negra, en el municipio poblano de Atzitzintla, a 4 mil 581 metros sobre el nivel del mar, el Gran Telescopio Milimétrico es ejemplo de proyectos de alto nivel. |
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Por sus dimensiones y monto invertido, pero sobre todo, porque buscan colocar el país en la frontera del conocimiento de las áreas en las que inciden, son cuatro los grandes desarrollos científi cos mexicanos reconocidos como nuevos. Aquí, sus historias.
EL COLOSO DE LA MONTAÑA
Ubicado en la cúspide del extinto volcán Sierra Negra, en el municipio poblano de Atzitzintla, a 4 mil 581 metros sobre el nivel del mar, el Gran Telescopio Milimétrico es ejemplo de proyectos de alto nivel.
Al explicar su diseño, Raúl Mujica García, astrónomo del INAOE y colaborador del GTM, dijo que elaborar una superficie con la dimensión y precisión requerida (50 metros cuadrados) fue tarea muy difícil. “La antena parabólica está conformada por 180 paneles de níquel electroformado, dispuesta sobre una estructura metálica y provista de 720 actuadores (dispositivos neumáticos) que permitirán corregir, en tiempo real, las deformaciones ocasionadas por la fuerza de gravedad, la temperatura o el viento; logrando una precisión de la superficie de 70 micras, aproximadamente el grosor de un cabello”, comentó el experto.
Sobre la ubicación geográfica, Mujica García explicó que la radiación milimétrica emitida por los cuerpos celestes se ve afectada por la atmósfera (el vapor de agua absorbe la luz milimétrica), por ello se buscó un lugar alto para que ese efecto tuviera menor consecuencia. |