Otro caso se ha registrado con la especie de calamar gigante del Golfo de California, México: al igual que las sardinas, los calamares son sensibles a los cambios térmicos en el océano y su respuesta al calentamiento de la corriente de California es inmediata.
Durante la presencia de El Niño (1997 a 1998), se observó cómo esta especie fue paulatinamente migrando hacia dentro del Golfo de California, de las costas de Sonora a la costa norte de Baja California Sur y, a continuación, hacia la costa sur de ese mismo estado. Posteriormente, la especie salió del Golfo de California para establecerse en Bahía Magdalena, Baja California Sur, una zona fuera del golfo, en el océano Pacífico mexicano; pero, una vez concluido el fenómeno de calentamiento retornó al Golfo de California y la pesca se recuperó de manera inmediata.5
Sin embargo, recientemente la especie fue registrada en aguas de California, hecho sobresaliente, ya que su límite más septentrional de distribución se ubicaba entre los límites de las aguas territoriales de México y California; por consiguiente, se trata de una nueva amplitud en distribución. Aun así, la especie también fue detectada más al norte de California, incluso, con reportes de captura en los alrededores de la isla de Vancouver en Canadá, lo cual es hasta hoy un hecho inusitado.