Este circuito fue descrito por Francesco Artigas y su grupo
(figura 4); en este conectoma, intervienen células de serotonina, de norepinefrina, de dopamina, de ácido glutámico, GABA y otros sistemas. Además de receptores de diferentes tipos. Este tipo de conocimiento generó una de las explicaciones sobre la latencia al inicio del efecto terapéutico de los antidepresivos y fue la base racional para que nuestro grupo, en México, realizara la estimulación cerebral profunda en enfermos con depresión mayor resistentes y enfermos refractarios con trastorno obsesivo compulsivo.
Otros circuitos o conectomas, se han empleado en la explicación del sueño, la vigilia, y la regulación de las ensoñaciones. La distancia entre conductas normales y anormales se ha ido acortando en la medida que entendemos procesos interrelacionados. Lo anterior implica, que el diseño de medicamentos y de intervenciones quirúrgicas pudieran estar actuando a varios niveles de los conectomas.