Histórica preocupación por comer más La comida ha sido una obsesión para los seres humanos, primero porque faltaba y ahora porque, en algunos sectores, sobra. Los griegos del Siglo de Oro no estaban tan preocupados por la sexualidad como el hombre actual, su inquietud principal era la comida, las cosechas y el cuidado de los animales domésticos que, a fin de cuentas, eran parte de la cadena alimenticia.
Durante periodos largos se padeció hambre en varias regiones del mundo, algo similar a lo que ocurre hoy en países del África y América Latina. La migración irlandesa en los siglos XIX y XX hacia Estados Unidos, por ejemplo, fue detonada por una hambruna, a causa de malas cosechas de papa y otros vegetales.
El hecho de comer, como ocurre actualmente en familias de clase media, se destinaba sólo a las grandes ocasiones, que ocurrían con poca frecuencia, y después del evento, la mayoría de la gente comía muy poco. No había sistemas de refrigeración, lo que se podía almacenar era muy limitado. La comida se salaba o hervía, se hacían conservas y se curtían los alimentos para poder conservar preservar todo por más tiempo.
Las alacenas gigantes, los refrigeradores de capacidad amplia, los alimentos conservados de manera especial y muchos otros factores han hecho posible el consumo de banquetes varias veces al día. Hoy día, el ser humano contemporáneo ingiere alimento por muchas otras causas además de tener hambre.
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