Uno de los asuntos que no requiere mayor justificación para ser propósito permanente de estudio es la alimentación. Gracias a las investigaciones en la materia, hoy sabemos que en la población nacional persisten hábitos alimentarios de alto riesgo, en especial para pacientes con enfermedades como la diabetes, la hipertensión, la obesidad y el cáncer, entre otros males de nuestro tiempo. El consumo excesivo de grasas saturadas, harinas y azúcares refinados contenidos en innumerables alimentos de la llamada comida rápida –esta última resultado también de los avances tecnológicos en la industria alimentaria– está provocando serios problemas de salud pública con altos costos para la sociedad y el sector productivo. Por otro lado, la pobreza, factor principal de la desnutrición infantil, así como la falta de una dieta rica en proteínas y vitaminas están contribuyendo a que los mexicanos busquemos en la tecnología una posibilidad para mejorar la alimentación de nuestra población, por ello este tema se vuelve estratégico para el presente y el futuro del país.

En esta ocasión presentamos en Ciencia y Desarrollo cuatro trabajos realizados por investigadores mexicanos que fueron reconocidos con el Premio Nacional de Ciencia y Tecnología en Alimentos 2005, otorgado por Coca Cola y el Conacyt, iniciativa que pretende impulsar la investigación y la innovación tecnológica de aplicación directa a la industria alimentaria. Los proyectos ganadores ofrecen soluciones para la bioconservación, la clarificación de vinos, el secado y la producción de geles para alimentos.

Acompaña a lo anterior una selección de artículos para mantenerse despierto al conocer el efecto de ciertos estimulantes; la potencia del torio, elemento químico usado como combustible; la confiabilidad estadística del remuestreo y la actual representación de México en la UNESCO.