Siempre que hablamos del material genético, y del ADN en particular, lo ubicamos en el núcleo de las células de los seres vivos; sin embargo, existen otros organelos en los que se presenta el ADN, como son las mitocondrias (encargadas de proveer energía a la célula) y los cloroplastos (encargados del proceso de fotosíntesis en células vegetales). El ADN mitocondrial tiene ciertas características que lo distinguen del ADN nuclear, pues carece de intrones (secciones que se eliminan durante la transcripción, y hacen su interpretación más compleja); presenta una exposición limitada a la recombinación; es un material más estable, por lo que son raras las mutaciones y su modo haploide (con un solo juego de cromosomas) de herencia, pues sólo es transmitido por las madres a la descendencia. Además, el ADN mitocondrial es mucho más corto en longitud que el ADN nuclear, pues únicamente tiene 13 genes que codifican proteínas en todos los animales de nuestro planeta, lo que facilita su estudio. |
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