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MARZO DE 2007
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CIENCIA Y DESARROLLO, MARZO DE 2007

JOSÉ DE LA HERRÁN
DESCUBRIENDO EL UNIVERSO
LA CAJA DE MÚSICA, PRIMER DISPOSITIVO MUSICAL MECÁNICO

En mi concepto, a todos los niños al cumplir el año, sus padres deberían hacerles escuchar una tierna y suave pieza musical emanada, en el silencio del atardecer, de una cajita de música; cajita que, además, podría ser parte de sus regalos del cumpleaños o de Navidad y Día de Reyes.

Hay que ver la carita de sorpresa mezclada con felicidad, el brillo y alegría de sus ojos al voltear a ver a mamá y papá, escuchando las dulces notas de la cajita y el palmoteo de sus manitas que demuestran el maravilloso efecto que la bella música produce en sus oídos y que el bebé demuestra con su enternecedora expresión de júbilo, mientras escucha las dulces notas de la cajita.

PRIMERA FORMA DE MECÁNICA MUSICAL
Las primeras expresiones musicales automáticas surgieron a principios del segundo milenio de la era cristiana, en los campanarios de los relojes de torre que daban las horas con sencillas tonadas musicales de tres y cuatro notas; relojes que requerían de atención constante, pues al no haberse inventado el péndulo, el relojero de la iglesia o palacio debía ajustarlos con mucha frecuencia. Estos relojes se colocaban en alto, tanto para hacerlos visibles a distancia, cuanto para que las cuerdas encargadas de sostener sus pesas tuvieran suficiente espacio para desenrollarse del tambor; de ahí viene la expresión “dar cuerda al reloj...” Tal vez el reloj más conocido de la época, por su complejidad, sea el monumental reloj astronómico de Estrasburgo, construido en 1354, cuyo campanario es un verdadero carillón.

 

|Encuentre la información completa en la versión impresa de Ciencia y Desarrollo, marzo de 2007|

 

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