La ética y las tecnologías
de información
La ética computacional es dinámica y
compleja, pues considera hechos, políticas
y valores que están en constante cambio, como
las mismas tecnologías de información
(TI).
La ética computacional tiene sus raíces
en los estudios del profesor
Norbert
Wiener, del Instituto Tecnológico
de Massachusetts (MIT), durante la segunda guerra
mundial. Wiener destacaba que la integración
de las tecnologías computacionales constituirían
eventualmente una regeneración de la sociedad
en general, “una segunda revolución industrial”
con cambios radicales.
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En la década de 1970,
Walter
Manner comenzó a definir el término
ética computacional, refiriéndose
al estudio de los problemas éticos creados,
transformados o agravados por las tecnologías
de cómputo.
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Sin embargo,
Bynum
ofreció una definición más completa
sobre la ética computacional, al señalarla
como el análisis del impacto social de las
TI y su correspondiente formulación y justificación
de políticas para su uso ético.
En consecuencia, aparecieron varios autores que consolidaron
dicho campo de estudio, como
James
Moor del Dartmouth College en Estados Unidos,
quien señaló que la revolución
de las tecnologías computacionales ocurriría
en dos fases: la primera como
introducción
tecnológica, con el desarrollo y la definición
de las computadoras en los cuarenta años posteriores
a la segunda guerra mundial.
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La segunda fase es la
penetración tecnológica
en la que ya entramos, la tecnología está
presente en las actividades diarias de los humanos,
cambiando contundentemente el sentido de conceptos
fundamentales como: dinero, educación, trabajo,
comercio, elecciones y, por lo tanto, de sociedad.
Es en esta fase, donde la ética computacional
emerge como un tema de gran relevancia, puesto que
la tecnología se ha vuelto cotidiana, y las
cuestiones éticas ya no sólo atañen
a los expertos, también están impactando
a todos por igual.
Con la finalidad de facilitar la comprensión
de los criterios éticos que implican las TI,
a continuación se presentan las categorías
establecidas por
Mary
J. Granger, investigadora de la Universidad
George Washington, EUA, y otros autores, en 1997.