El papel de la ética
computacional en el futuro
Las computadoras y las tecnologías de información
permiten el desarrollo y facilitan el desempeño
de cualquier actividad, por lo que de alguna manera,
al brindar nuevas formas de realizar dichas labores
modifican procesos. Una tarea central de la ética
computacional es determinar qué hacer en casos
en los cuales se expone un dilema de índole
ético, formular políticas, códigos,
lineamientos y normas en forma individual y social
que guíen las acciones de los profesionales
relacionados con las tecnologías de información.
Y es que cada vez más se presentan con mayor
frecuencia situaciones como la alteración a
portales públicos o privados, copia ilegal
de programas, utilización inadecuada de recursos
informáticos o virus cibernéticos, entre
otras cosas.
A menudo se comete cualquier clase de delitos y los
responsables siguen en libertad o sin recibir sanciones
debidas, esto ocurre porque no existen leyes en todos
los países ni en todas las empresas que cataloguen
dichos acontecimientos como faltas graves.
La ética computacional es un campo tan dinámico
y complejo como las propias TI; no son sólo
reglas que deban aparecer al activarse la computadora
o que se peguen en la pared de las oficinas. Dado
el gran crecimiento que la ética computacional
ha presentado durante la década de los noventa
del siglo pasado y en el inicio de éste, su
campo de estudio parece tener un futuro significativo.
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Krystyna
Gorniak-Kocikowska, una de las exponentes
de mayor importancia en la materia, consideró
desde 1996 que la ética computacional, incluida
en el campo de la ética, evolucionará
eventualmente en algo mucho mayor que la misma ética,
y cuando esto ocurra, se convertirá en la ética
ordinaria en la era de la información.