El dogma central de la biología molecular y el conocimiento de los flujos de información genética, desde el ADN hasta las proteínas, planteó el gran dilema de quién fue primero: ¿el huevo o la gallina? O lo que es lo mismo, ¿el ADN o las proteínas? En un principio, no era posible pensar en un mundo de ácido desoxirribonucleico (ADN) sin proteínas, así como tampoco imaginar proteínas sin ADN; de modo que la respuesta al problema se encontraba en el ácido ribonucleico (ARN); es decir, el ADN contiene el código genético de las células, mientras que el ARN copia este código y lo pasa a las proteínas (enzimas) que, a su vez, son responsables de las reacciones celulares. Pero este ARN –particularmente, el ARN mensajero (ARNm)– debe sufrir algunas modificaciones antes de ser utilizado como molécula informativa para construir las proteínas.
La respuesta a una gran disyuntiva
La importancia de las ribozimas
El potencial terapéutico de la ribozimas
Referencias
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