LAS PECULIARIDADES DE VIGIX
Los kioscos convencionales –fabricados por empresas europeas– tienen un brazo robótico que acomoda las películas, mide cuatro por tres metros y, en muchos casos, para su instalación es necesario hacer ajustes en la arquitectura del lugar donde se colocarán, pues van empotrados; además, el costo de los dispositivos es elevado, oscila entre 35 y 100 mil dólares, de acuerdo con Álvarez Romo.
En cambio, el kiosco Vigix “posee un mecanismo que funciona con base en unos cuchillos de titanio sin partes móviles, los cuales cortan el sobre que envuelve la película, y lo deja caer por gravedad.”
“Gracias a este sencillo mecanismo pudimos desarrollar un kiosco de 60 centímetros de ancho por 30 de profundidad, que ocupa poco espacio y, además es barato pues, produciéndolo masivamente, cada unidad costaría entre siete u ocho mil dólares.”
Otra de las ventajas de Vigix, afirma su Director General, es que para resurtir los kioscos con cintas nuevas se diseñó un contenedor de películas intercambiable, que hace innecesaria la contratación de personal especializado para renovar los contenidos de los aparatos.
“Cada uno de los dispositivos se conecta en tiempo real al servidor de la empresa, desde donde se monitorea la demanda de películas; gracias a ello, se prepara un contenedor específico para cada kiosco, en función de los datos reportados por el sistema, de manera que cualquier compañía de mensajería puede hacer el resurtido”.
Tanto el desarrollo del kiosco como el del sistema para monitorear el estatus de renta y venta de películas fueron apoyados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
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